Un artículo de Álvaro de Ávila, terapeuta ocupacional de AFA Zamora.
Las personas afectadas por demencia suelen tener dificultades en el desempeño de las actividades de la vida diaria (AVD), motivadas por el deterioro progresivo de sus funciones, afectando de manera directa a la funcionalidad y autonomía.
Para contribuir a que el entorno sea más seguro y agradable para la persona con demencia, y además facilitemos su autonomía, va a ser imprescindible realizar una serie de cambios, pero sin modificar en exceso, ya que eso contribuiría a la desorientación, especialmente en las primeras etapas de la enfermedad.
Estas modificaciones deberán ser progresivas, adaptándonos a las necesidades que tenga en cada momento, por lo que deberán ser realizadas a medida que vayan apareciendo dificultades. Esto no sólo facilitará el día a día del enfermo sino también del cuidador.
Dentro del domicilio nos vamos a centrar en las adaptaciones físicas que podemos realizar, es decir, que podemos cambiar en la vivienda para hacerla más accesible. En la mayoría de los casos, las modificaciones pueden ser sencillas y no requerir una gran inversión económica, sin embargo, existen opciones que sí van a requerir un desembolso por nuestra parte, la mejor elección dependerá de las necesidades y posibilidades que tengamos en cada situación.
De manera general, deberemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
Entornos libres de obstáculos y ordenados: dejaremos, en la medida de lo posible, espacios libres de paso sin objetos que entorpezcan y mantendremos el orden en el domicilio, por ejemplo, retirar alfombras, evitar muebles que limiten el espacio, recoger cables…
Colocar carteles: una manera sencilla de contribuir a la orientación y funcionalidad de la persona con demencia, muy relacionada con el orden de la vivienda, es colocar carteles indicativos con el nombre de los objetos se encuentran en cada cajón o armario. Además, si queremos ir un paso más allá, ya que la capacidad lectora puede verse afectada, nos ayudará añadir a ese cartel un dibujo o fotografía de los objetos nombrados.
Evitar objetos peligrosos: procuraremos no tener objetos potencialmente peligrosos al alcance de la persona con demencia, productos de limpieza y medicamentos en lugares poco accesibles, cuchillos, objetos de cristal, objetos pequeños que puedan ser tragados… Cuidado con elementos que quemen, como la vitrocerámica, chimeneas o calefactores. Precaución con escaleras en caso de que las haya.
Mantener buena iluminación: imprescindible para mantener la orientación y evitar caídas; tendremos puntos de luz que iluminen adecuadamente, disponer de puntos de iluminación con sensor automático (en especial por la noche).
Evitar ruidos: en la medida de lo posible, evitaremos que existan ruidos fuertes ya que las personas con demencia pueden tener una alta sensibilidad al ruido, cerrar ventanas, instalar doble ventana, mantener música agradable o controlar volumen de voz pueden ser aspectos a tener en cuenta.
Sistemas de seguridad: según el caso podemos implementar algún sistema de seguridad, más o menos sofisticado. Entre las opciones encontramos algunas sencillas, como cerrar puertas y armarios con cerrojos, gomas esquineras para evitar golpes con muebles, y otras más complejas, como alarmas, geolocalizadores, detectores de caídas, etc.
Éstas son unas breves recomendaciones generales para facilitar la autonomía en el domicilio a una persona con demencia, en especial en fases leves y moderadas, que van a beneficiar tanto a la persona como a sus cuidadores, haciendo el día a día más sencillo.
Recordemos que todas las adaptaciones que consideremos van a depender de cada caso, y las iremos aplicando de manera progresiva, y será mucho más eficiente si contamos con un asesoramiento profesional. En AFA Zamora disponemos de un equipo perfectamente preparado que puede orientarte para encontrar la mejor solución a tu caso particular.